El hecho de que un consumo moderado de vino tiene numerosos beneficios para nuestra salud es ya indudable. Según el estado actual de las investigaciones se deduce que el efecto positivo del consumo moderado del vino sobre la salud actúa de diversas formas, ya que el vino posee ciertos componentes, que actúan sobre el colesterol, (HDL), las plaquetas y la coagulación sanguínea, protegiendo el sistema cardiovascular, entre otras.
Muchas enfermedades como la ateroesclerosis, cáncer, la enfermedad de Alzheimer y otras han sido vinculadas hoy en día al estrés oxidativo, que es un desbalance entre componentes oxidantes y antioxidantes en el metabolismo del ser humano. Asimismo, se ha comprobado que el proceso biológico del envejecimiento se acelera mientras mayor sea el estrés oxidativo.
El vino es un elemento más de nuestra tradicional dieta, de nuestra alimentación. Es conveniente enseñar a los jóvenes a apreciar este producto de la tierra y despertar los sentidos que la gastronomía nos puede aportar. Saber beber se convierte en un placer más de la vida.
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